Según el estudio realizado por Global Risk Center de Marsh & McLennan, Oliver Wyman y el Consejo Mundial de la Energía, España se sitúa entre los diez países con mejor gestión energética del mundo, con un rating “AAA” en la materia. Esta calificación, la máxima que se puede obtener, mide tres variables: la accesibilidad, la seguridad y la sostenibilidad ambiental. España es uno de los nueve países en el mundo que comparten ese rating. El estudio sitúa a España al nivel de estados como Dinamarca, Suiza y Suecia, y junto a los grandes países europeos como Alemania, Francia, Italia, Reino Unido u Holanda.
El informe también señala que uno de los riesgos del mercado de la energía en España proviene de la interconexión regional de la electricidad, que “puede suponer un obstáculo para un mayor crecimiento de las energías renovables y la seguridad del suministro”. Además, se alerta de que la generación de electricidad disminuyó el 17% en 2017, como consecuencia del clima seco. Asimismo, en ese ejercicio se procedió al cierre de la central de Garoña. Todo ello llevó a un incremento del 4% en la emisión de gases de efecto invernadero.