Durante la jornada Producción de Biogás y biometano y sus aplicaciones energéticas, Marta Margarit, la secretaria general de la Asociación Española del Gas, Sedigas, apuesta en España por el uso del gas renovable como acción directa para luchar contra el cambio climático.
Según afirmó Margarit, “el gas es la energía del futuro, no solo de transición. Hay una coincidencia generalizada en que, dentro del mix energético, el gas es la tecnología de respaldo, clave e imprescindible, hacia una economía baja en carbono”.
La patronal gasista ha defendido que en una economía baja en carbono tienen su lugar las energías no eléctricas como el gas renovable, procedente de residuos orgánicos, de biomasa y del excedente de energía eléctrica renovable. En este sentido la asociación ha asegurado que “en cualquier caso se obtiene un gas, metano o hidrógeno, que, inyectado en las redes del sistema gasista, queda almacenado para su uso en cuanto se necesite”. Por tanto, y a pesar de que sólo una de las 367 plantas europea está en España, el gas renovable se presenta como una solución viable a la que la Comisión Europea dará protagonismo gracias a la Directiva de Energías Renovables.
Desarrollar el gas renovable requiere una política global de país y su regulación tiene que garantizar el origen renovable del gas al mismo tiempo que se determina el objetivo de producción y se orientan las decisiones de los distintos agentes involucrados en el desarrollo e investigación tecnológica de los proyectos que se lleven a cabo.