Iberdrola y Endesa, las dos compañías eléctricas más grandes de España, con más de 20 millones de clientes, anticipan un aumento del coste de la factura de la luz. Los dos actores que dominan tanto la generación como la comercialización eléctrica en territorio nacional han revisado sus estimaciones del precio de la electricidad un 10%.
En dichas actualizaciones de sus planes estratégicos, ambas compañías señalan al unísono que el mercado mayorista de electricidad pasará de una media de 50 euros por megavatio hora a 55 euros el MWh en los próximos cinco años.
Este repunte supone un aumento medio del 3,5% en la factura del consumidor final, lo que representa un esfuerzo económico muy por encima de la inflación. Un escenario de pérdida de poder adquisitivo después de sufrir un aumento del coste del recibo de la luz en la última década que ronda el 30% de media, muy lejos del avance general de los salarios en ese periodo.
Las empresas eléctricas explican este fuerte avance en la fuerte subida de los derechos de CO2. Para Iberdrola, la tonelada se situará en los 24 euros para los próximos años, cuando en 2018 rondaba los 16 euros. El coste del mercado eléctrico cada vez más alto está impulsando a las propias Iberdrola y Endesa ha invertir en renovables, cuyos costes son mucho más bajos de ese precio del ‘pool’.
El repunte afecta directamente al coste total de la energía eléctrica, ya que el mercado marginalista hace que el CO2 actúe como subyacente en el precio final. Este activo, creado por la Unión Europea para meter en la generación eléctrica el principio de quien contamina paga, está acelerando el cierre de centrales térmicas de carbón.
Por otro lado, las presiones alcistas sobre el otro 40% de la factura eléctrica que representan los peajes cada vez son mayores. Pese a que llevan varios años congelados, varios expertos creen que el sistema eléctrico entrará en déficit y obligará en el futuro a aumentar estos peajes.